lunes, 13 de mayo de 2013

Aquí no hay quien viva. Un Parque Natural abandonado a su suerte (05/05/2013)

 Parque Natural de las lagunas de Ruidera (05/05/2013). Espectacular aspecto de la conexión por desbordamiento entre lagunas, superando la barrera travertínica que las separa.
 La frágil barrera travertínica invadida por el turismo masivo.
 El arcén de la carretera que recorre la orilla derecha de las lagunas sirve de improvisado aparcamiento.
 En ocasiones se apraca hasta el mismo borde de la laguna, dejando un suelo éstéril.
 Se hace caso omiso de los carteles.
 Los chiringuitos del borde lagunar concentran el turismo masivo. 
Los visitantes campan por doquier sin control.

Las Lagunas de Ruidera, con un aspecto grandioso, son objeto de curiosidad por personas que quieren conocer a primera vista los efectos de las lluvias primaverales sobre este espacio natural. La afluencia descontrolada de visitantes, supone un impacto más de los que sufren estos humedales. Las lagunas de Ruidera, Parque Natural y, por tanto, espacio protegido, son un desgraciado ejemplo de los principales males que aquejan a nuestros humedales. Su gestión actual es, paradójicamente, una prueba de que no basta con establecer medidas de protección legales para preservar un paraje valioso si no se toman medidas valientes que permitan conservarlo para las próximas generaciones.

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